Human Rights Watch acusa al Gobierno de Kabila de ejecutar a 500 adversarios políticos
Todas las partes en conflicto en la zona oriental de Congo han cometido atrocidades contra la población y violaciones de los Derechos Humanos, ha afirmado el secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-Moon, en la presentación de su informe al Consejo de Seguridad sobre la situación en la República Democrática del Congo, según informa la radiotelevisión británica BBC.
Ante los hechos muy graves en el Este de la R.D. Congo, masacrando a hombres, mujeres, niños, por parte de los rebeldes de Nkunda Batware apoyado por el Ejército de Rwanda de Paul Kagame, que cometen acto de genocidio y el saqueo de amterias primas, con la complicidad de la Monuc.
Camino de cruz a Korogocho. Será una tarde de calor como las demás si la hermosa y gran cruz verde adornada de algunas flores no recorriera las estrechas y sinuosas calles de este barrio de chabolas del este de Nairobi. ¡Una decena de “portadores”, hombres y mujeres reunidos, intenta mantener la cruz, abriéndose un camino a través de los construcciones, los accidentes del terreno, la circulación de las transeuntes, carros y animales de toda clase, sin olvidar los camiones que aparecen a contramano ocupando toda el ancho de la calle!
Umoya *
Declaración de la Comisión Permanente de los Obispos sobre la guerra en el este y noreste de la República Democrática del Congo.
1.”Nosotros, arzobispos y obispos, miembros de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Nacional del Congo, reunidos en Kinshasa, en sesión extraordinaria del 10 al 13 de noviembre del 2008, afligidos y conmocionados por la tragedia humana en el este y noreste de la R. D. del Congo, lanzamos un grito de desesperación y protesta.
Diversas organizaciones femeninas de la República Democrática del Congo (RDC) han denunciado los abusos perpetrados en la provincia de Kivu Norte (este) y han reclamado la desmilitarización de las tropas armadas irregulares, según informó hoy el diario congoleño ‘Le Potentiel’. Las organizaciones, reunidas este pasado lunes en Kinshasa, denunciaron especialmente los asesinatos, las violaciones, los desplazamientos forzados, las malas condiciones sociales y las diferentes formas de violencia que sufren las mujeres, así como la impunidad de que gozan los autores de estos crímenes.
La ofensiva lanzada al norte de Kivu por el CNDP (Congreso Nacional para la Defensa del Pueblo), ejército irregular bajo el mando del General Laurent Nkunda, llegó ya a las puertas de la ciudad de Goma, obligando, una vez más, a la población desarmada a tomar el camino de la huída.
Las ONGD «Veïns Sense Fronteres» (VSF) y el «Col•lectiu d’Educació en Drets Humans i de Prevenció Activa de Conflictes» (CEPAC),
a) indignadas por la dramática situación, los asesinatos, las violaciones y abusos de los derechos de la persona humana, los saqueos, los desplazamientos de centenares de miles de personas inocentes, la inseguridad e incertidumbre en que vive permanentemente la población de la República Democrática del Congo (RDC) y, de manera especial, la población de la provincia congolesa de Kivu Norte, sobretodo las mujeres y los niños;
La guerra que se está librando en Kivu (este de la República Democrática del Congo) es fomentada por bandas criminales y multinacionales mineras con el objetivo de separar la región para transformarla en un estado independiente o en un enclave autónomo bajo la influencia de algunas potencias occidentales a través de Ruanda, Uganda, Angola y Nigeria. Esa es la acusación de los católicos de la zona, incluidos sus obispos, que envían informaciones a Roma en las que denuncian “un complot internacional” para balcanizar el país.
La Iglesia del Congo acusa a intereses mineros
Las rivalidades étnicas o tribales y el secuestro de los espíritus practicado periódicamente por los gobiernos de la República Democrática del Congo y de Ruanda enmascara las causas reales de las matanzas que con trágica frecuencia ensangrentan la región de los Grandes Lagos, en el corazón de África.
Porque detrás de la guerra de clanes y caciques locales se esconde una disputa que dura décadas por la explotación de la naturaleza ubérrima de la zona –maderas exóticas y minerales–, a la que aspiran grandes compañías de todo el mundo que han comprado la voluntad de quienes mueven los hilos de la contienda.
Un grupo de 28 tinerfeños de la Diócesis Nivariense participó en el Forum de Pastoral Juvenil que se desarrolló la pasada semana en Madrid, al que asistieron 3.000 personas. En el evento, un joven senegalés, que llegó a España en cayuco, participó la pasada semana en el Forum Pastoral con Jóvenes celebrado en Madrid, donde puso de manifiesto su extrañeza de que en España “la gente vaya a misa con prisa, cuando en mi país, el domingo gira en torno a la Eucaristía, que puede durar horas”.
Algunos analistas nos cuestionamos por qué recién ahora la Unión Europea se preocupa por alertar al mundo acerca de la violenta guerra que está sufriendo el Congo, cuando ya hace diez años que se inició, y que además llegó a ubicarse en el nefasto primer puesto de la mayores masacres que ha soportado la humanidad luego de la Segunda Guerra Mundial. Cinco millones es la tétrica cifra de personas muertas que dejó esta guerra desde 1998, de las cuáles cuatro millones fueron asesinadas entre 1998 y 2003.
CAMPAÑA POR EL DIÁLOGO PARA LA PAZ
A partir de las últimas elecciones en la República Democrática del Congo se generó una esperanza de Paz y Prosperidad entre la población. Sin embargo, desgraciadamente, en el Este del Congo -Kivu Norte y Kivu Sur-, zona fronteriza con Uganda, Ruanda y Burundi, estas expectativas se han visto completamente defraudadas.
El Congo, ¿”cultura de la violencia” o conflicto geoestratégico?
Tony Busselen
Solidaire
Traducido para Rebelión por Caty R.
Desde finales de agosto, la violencia se ha desencadenado de nuevo en el este del Congo. ¿Los congoleños han desarrollado una cultura donde el homicidio y la violación son la norma? La reciente ofensiva demuestra que hay que buscar el origen del conflicto en otro sitio.
Entrevista a Victor Nzuzi, dirigente campesino sobre la presencia de militares de la ONU en el Congo
“Las guerras en la República Democrática del Congo se deben a las riquezas que las transnacionales se quieren llevar”
Hace sólo dos meses, España recibió el mandato de la ONU para hacerse cargo de la intervención militar más importante que las Fuerzas de Paz tienen a nivel mundial, en la República Democrática del Congo.
¿Y la Comunidad Internacional, para donde mira?
Quiero denunciar hoy uno de los mayores ejemplos de hipocresía mundial con la terrible situación de la República Democrática del Congo (RDC), de la que tan poco se habla, y que está agravándose con un nuevo drama, alentado -esta vez- por la traición de los propios cascos azules y los intereses geoestratégicos de las grandes potencias del Norte EEUU, Reino Unido, Bélgica, Francia y Holanda.
Hace unos años murieron 4 millones de congoleños en el quinquenio 1998-2003 –hoy se habla de 5- y prácticamente no nos enteramos. ¿A nadie le extraña que la mayor cantidad de muertos tras la II Guerra mundial y las mayores atrocidades acaecidas desde los terribles campos de concentración nazis, hayan sido prácticamente ignoradas por los medios de información?
Madrid, 31 de octubre de 2008
El jesuita español Juanjo Aguado lleva desde el mes de agosto en Goma (República Democrática del Congo) a donde llegó para formar parte de una nueva comunidad del Servicio Jesuita a Refugiados (SJR, www.jrs.net), que iba a estar encargada de un proyecto de educación, apoyado por la ONG jesuita española Entreculturas (www.entreculturas.org).
La situación en el Este de la República Democrática del Congo se agrava cada día que pasa en medio de la indiferencia de la comunidad internacional. Los rebeldes del Congreso Nacional para la Defensa del Pueblo (CNDP), del general tutsi Laurent Nkunda, han tomado durante los últimos días las estratégicas ciudades de Rumangabo y Kibumba, y amenaza con caer sobre Goma, la capital del Kivu Norte. Desde que comenzó esta nueva ofensiva rebelde 200.000 personas han huido de sus hogares y se han añadido al millón de desplazados internos que ya existían. Muchos de ellos están severamente desnutridos y se han dado ya casos de personas que han muerto de hambre.
Aquellos que seguimos ciertos conflictos internacionales durante años conseguimos algunas claves para entender lo que pasa en ellos que fácilmente no pueden conseguirse. Debemos trabajar sobre hipótesis que sólo el futuro confirma o desmiente. Sabemos que las declaraciones oficiales se emplean usualmente para desviar la atención sobre lo que está ocurriendo en realidad, y forma parte del juego emplear la mentira en determinados casos (y en esto como en todo los hay quienes lo hacen más que otros).
Dos años después de las elecciones libres, democráticas y trasparentes en la República Democrática del Congo (RDC), el pueblo congoleño del Este del País: Kivu-Norte y Kivu-Sur, sigue viviendo una pesadilla de violencia e inseguridad. Los asesinatos, violaciones, saqueos, batallas, huída de la población, resurgen de nuevo y se multiplican, alejándose así toda esperanza de restauración de la paz y condiciones de una vida mejor. El artífice de tanto sufrimiento es Laurent Nkunda, tutsi congoleño, dirigente de la guerrilla que asola esta zona de la RDC. Nkunda y sus hombres están apoyados claramente por el gobierno de Ruanda que, a su vez sirve a los intereses de grandes potencias del Norte (Estados Unidos, Reino Unido, Bélgica, Holanda).
Las potencias occidentales deben impedir otra guerra en la región más ensangrentada de África
Hace cinco años que en Congo, antiguo Zaire, concluyó formalmente una de las guerras más devastadoras (varios millones de muertos) e informativamente ignoradas del siglo XX. Todo apunta a que puede rebrotar en todo su gigantesco horror sin la inmediata movilización de las potencias occidentales.
(RD/Efe).-El Vaticano ha pedido la comunidad internacional que intervenga ‘con todo su peso’ en la resolución del conflicto existente en el noroeste de la República Democrática del Congo (Kivu) y vele para que se respeten los acuerdos de paz suscritos.