Enviado a la página web de Redes Cristianas
Éstá claro que no hemos llegado por casualidad a la situación actual.
El CORONAVIRUS venía de un precedente anterior, que no supimos combatir y tampoco habíamos asimilado la visión nueva y transformadora del concilio Vaticano II. La pandemia privó a muchos –no sin gran pena de poder acompañar en la muerte a los suyos. Confio que la meditación de este panel provea de nueva luz, energía y esperanza a cuantos puedan encontrarse en esa situación.